Son muchas las definiciones y conceptos que se han dado acerca lo que es realmente la planificación desde diferentes ámbitos tratando de abarcar todos los elementos que componen su estructura y los cuales son imprescindibles para su ejecución y funcionamiento. En el ámbito educativo podemos decir que la planificación se encarga de delimitar los fines, objetivos y metas de la educación. Mediante esta además se define el qué hacer, como hacerlo, para que, quien lo hará, cuando lo hará y qué recursos y estrategias se utilizarán para el logro de los objetivos previamente establecidos.

La planificación es una forma de organizar informaciones que permitan realizar con mayor precisión una labor tanto en el ámbito docente como en cualquier otra área del mundo laboral, además ayuda a concretizar la acción hasta enmarcarla en la dinámica correcta, para así lograr que los resultados de un trabajo o proyecto tengan el éxito esperado.

Por otro lado, haciendo referencia a la parte administrativa e institucional la planificación vendría siendo la estructuración de una serie de acciones que se llevan a cabo para lograr determinados objetivos.

En la mayoría de casos por no decir siempre, la planificación parte de una necesidad o de un problema, y luego a través de la misma se busca la mejor manera de resolver dicha dificultad, identificando las prioridades y buscando las mejores alternativas para dicha solución. La planificación es entonces, en términos generales, la definición de los procedimientos y estrategias a seguir mediante una serie de pasos para alcanzar ciertas metas tomando en cuenta los recursos disponibles y la diversidad del entorno donde se pretenda desarrollar o llevar a cabo.

Tal y como lo expresé en el foro que nos sirvió de bienvenida en la Asignatura Planificación Educativa en EDS de la Maestría en Educación para el Desarrollo Sostenible, para mí la planificación no es más que la organización previa con la que realizamos una actividad o que hacer particular, tomando en cuenta el entorno donde se vaya a ejecutar y la realidad actual, en la cual debemos detallar una serie de pasos o secuencias a seguir para la persecución o el logro de un objetivo o propósito final.

Planificación es sinónimo de decidir por adelantado lo que se desea o se debe hacer. Educar sin planificar, es como construir una casa sin plano o escribir una novela sin borrador. La planificación en la Educación es una clave para asegurar el éxito y la calidad de las acciones.

La planificación educativa busca que la población tenga mejores oportunidades educativas y que todos sus miembros puedan desarrollar las competencias fundamentales y especificas plasmadas en nuestro currículo de la mejor manera posible.

El instrumento más importante con que todo docente debe contar a la hora de impartir una clase es la planificación, donde tenga definido lo que desea lograr con sus alumnos, tener una buena planificación significa estar mejor organizado ya que evita la improvisación, mejora la disciplina, enriquece el proceso de enseñanza y aprendizaje motivando más a los estudiantes y al mismo docente ya que al contar con una buena planificación se siente mucho más empoderado del tema que va a trabajar.

En términos generales la planificación resulta de suma importancia ya que permite organizar de manera coherente lo que se quiere lograr con los estudiantes en el aula y mediante ella también se pueden tomar decisiones previas a la práctica sobre qué es lo que se aprenderá, para qué se hará y cómo se puede lograr de la mejor manera.

Además de lo antes mencionado la planificación permite prevenir problemas que se pudieran presentar en el transcurso de la implementación de las actividades contenidas en ellas, pero a su vez al ser flexible nos da la oportunidad de poner enmendar o resolver cualquier situación inesperada sin dejar de lado los objetivos perseguidos y que ya fueren definidos desde el principio.

Cabe destacar que parte significativa de la buena planificación es que nos permite trazar de manera clara objetivos anticipados y nos ayuda a saber qué debemos hacer para lograrlos. Por ende, mejora nuestra organización laboral, en los ámbitos funcional y operacional al permitirnos coordinar de manera simultánea actividades, estrategias y recursos que garanticen el éxito.

La importancia de elaborar y darle uso a la planificación radica en la necesidad de organizar de manera coherente las actividades y su relación con los objetivos que se desean lograr, los contenidos a trabajar y los procedimientos que se llevaran a cabo y de esta manera nosotros como docentes podemos sentirnos más orientados, confiados y capaces mientras que por su lado a los estudiantes les brinda una sensación de seguridad.

Son muchos los aspectos a tomar en cuenta a la hora de planificar y dentro de esta siempre debe existir una previa selección y organización de todas las actividades, en función de objetivos y con base en los recursos humanos, económicos y materiales con que se cuente, además de las necesidades identificadas, el tiempo disponible e incluyendo interrogantes tales como:       ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo lo voy a hacer? ¿Para quién lo voy a hacer? ¿Dónde lo voy a hacer? y ¿Con que recursos?

Además de abarcar los términos conceptuales y guiar a los alumnos al dominio de estos la planificación debe perseguir la capacitación de los involucrados directos para que sepan mediante los procedimientos actitudinales cuando utilizar dichos conocimientos adquiridos y como les ayudarían posteriormente a resolver situaciones cotidianas de la vida diaria.

Para la planificación institucional de los espacios educativos se debe tener en cuenta los nuevos entornos del proceso enseñanza- aprendizaje y la dinámica social por lo que se debe incluir en estos espacios la interacción didáctica, tener claro y definidos los roles del docente y del estudiante.

De igual manera es importante conocer la finalidad de lo que estamos haciendo, ya que para los estudiantes resulta fundamental reconocer algún tipo de motivación o estímulo frente al nuevo aprendizaje. Aparte de esto también se debe considerar cuál es la forma más adecuada para trabajar con los estudiantes, pensando en actividades que podrían convertir el conocimiento en algo familiar e interesante para ellos y así tendrían mayor concentración.

Según Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO (1999-2009): “La educación, en todas sus formas y todos sus niveles, no es sólo un fin en sí mismo, sino también uno de los instrumentos más poderosos con que contamos para inducir los cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible”. 

Por esto podemos decir que la educación es esencial para lograr sociedades justas y ecológicamente equilibradas. La Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) exige métodos participativos de enseñanza- aprendizaje, que motiven y generen autonomía en las personas, a fin de cambiar su conducta y facilitar la adopción de medidas en pro del desarrollo sostenible.

A estas alturas ya todos deberíamos saber que la EDS es un instrumento vital para que las sociedades sean más solidarias y sostenibles, pero hace falta una educación que permita al ser humano adquirir los conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para forjar un futuro sostenible.

Nosotros como entes educativos y responsables del proceso pedagógico, por estar directamente ligado al mismo, tenemos la obligación primero de educarnos, capacitarnos y formarnos en este ámbito, para poder así educar para el desarrollo sostenible incorporando y articulando en nuestro que hacer docente todo lo relacionado a estos temas, además de hacer énfasis en los 17 objetivos que se quieren alcanzar, y que han sido ya establecidos en la agenda 2030.

Lograremos una educación de calidad enfocada a la sostenibilidad si nos comprometemos a implementar en nuestros planes de clases además de abordar y abundar con los estudiantes, que son la parte fundamental de este proceso, temas tales como el cambio climático, efectos que causan nuestras acciones a largo plazo en el medio ambiente, convivencia social, crecimiento económico sostenible, erradicación del hambre y la pobreza, consumo sostenible pensando en las generaciones futuras, entre otros. Si unimos esfuerzos y con proyección buscamos la relación entre las competencias fundamentales de nuestro currículo y la EDS, trabajando basado en proyectos, siendo así el estudiante actor principal o protagonista podremos lograr en ellos las competencias, conocimientos y habilidades necesarias para incorporarse a la sociedad y asegurar la sostenibilidad a través de la educación que es el arma más poderosa para tales fines.